Hay un momento en el que dejamos que todo suceda y ya no ponemos resistencia. Nuestro espíritu nos a inspirado, hemos sentido la llamada al cambio y esto ha supuesto un gran revuelo interior. Teníamos unas perspectivas de futuro muy limitadas debido a nuestras creencias y a nuestra falta de poder. Estábamos envueltos en una maraña emocional compuesta de culpa, ira, inseguridad y miedo. Estábamos dormidos en un mundo de control en el que vivíamos sin ver salidas.
En el momento que nos cuestionamos y nos preguntamos quienes somos y de donde venimos, una gran puerta interior se abre y llegan los recuerdos, llega la información a través de libros, artículos, mensajes, videos, anuncios.. todo se confabula para que despertemos del sueño del olvido. Todo lo que antes parecía verdadero se desmorona pues somos capaces de ver más allá, hemos ganado en perspectiva y nos damos cuenta del gran engaño en el que estábamos inmersos. Nos interesamos por la muerte y vemos que no es más que un cambio, vemos que nunca morimos, que estamos en continua evolución, somos eternos. Esto no es algo con lo que hayamos sido educados, más bien al contrario.
El hecho de saber que lo que dejamos es nuestro viejo ropaje para emprender de nuevo el viaje del alma hacia el re-descubrimiento al otro lado del velo, hacia el hogar , nos quita una gran losa de encima. Nunca hemos nacido en pecado, somos almas en continua evolución. Nos hemos encarnado en distintos personajes para podernos experimentar en la dualidad, es de esta forma en la que hemos podido evolucionar. Todos somos almas hermanas, todos venimos de la misma fuente, del Amor, de la luz. Todos somos amados sin excepción y todo tiene un sentido, todo encaja, incluso los peores momentos han sido una oportunidad para crecer, para tener una nueva respuesta, para manifestar quienes somos realmente.
Cuando somos capaces de ver en perspectiva, nos damos cuenta de que ya nada esta escondido, todo encaja. Es en este momento cuando vemos que es hora de que tomemos las riendas de nuestra vida y empecemos a crear no desde el miedo si no desde la ilusión de manifestar nuestra verdadera energía realizando nuestros sueños en todos los campos y justo aquí es cuando hemos dado el salto, esto es el salto cuántico. Un salto cuántico sucede cuando pasamos de una dimensión a otra más sutil. Esta sutileza es debido a la expansión de la conciencia, hemos dejado que la luz, información nos limpie las telarañas de nuestra mente limitada que nos impedían ver con claridad, hemos limpiado nuestros espacios emocionales y ahora nos damos permiso para Ser desde el amor hacia nosotros, desde la comprensión y desde la confianza en nuestro propio poder creador. Ya no hay miedo.
En la medida que comprendamos que estamos en un nuevo espacio donde todo sucede según nuestras propias creencias, donde somos los absolutos responsables de nuestras creaciones, sabremos que tenemos un futuro de infinitas posibilidades pudiendo decidir en cada instante la mejor versión de nosotros mismos y los nuevos caminos de autorrealización se irán manifestando a nuestro paso.
En el momento que nos cuestionamos y nos preguntamos quienes somos y de donde venimos, una gran puerta interior se abre y llegan los recuerdos, llega la información a través de libros, artículos, mensajes, videos, anuncios.. todo se confabula para que despertemos del sueño del olvido. Todo lo que antes parecía verdadero se desmorona pues somos capaces de ver más allá, hemos ganado en perspectiva y nos damos cuenta del gran engaño en el que estábamos inmersos. Nos interesamos por la muerte y vemos que no es más que un cambio, vemos que nunca morimos, que estamos en continua evolución, somos eternos. Esto no es algo con lo que hayamos sido educados, más bien al contrario.
El hecho de saber que lo que dejamos es nuestro viejo ropaje para emprender de nuevo el viaje del alma hacia el re-descubrimiento al otro lado del velo, hacia el hogar , nos quita una gran losa de encima. Nunca hemos nacido en pecado, somos almas en continua evolución. Nos hemos encarnado en distintos personajes para podernos experimentar en la dualidad, es de esta forma en la que hemos podido evolucionar. Todos somos almas hermanas, todos venimos de la misma fuente, del Amor, de la luz. Todos somos amados sin excepción y todo tiene un sentido, todo encaja, incluso los peores momentos han sido una oportunidad para crecer, para tener una nueva respuesta, para manifestar quienes somos realmente.
Cuando somos capaces de ver en perspectiva, nos damos cuenta de que ya nada esta escondido, todo encaja. Es en este momento cuando vemos que es hora de que tomemos las riendas de nuestra vida y empecemos a crear no desde el miedo si no desde la ilusión de manifestar nuestra verdadera energía realizando nuestros sueños en todos los campos y justo aquí es cuando hemos dado el salto, esto es el salto cuántico. Un salto cuántico sucede cuando pasamos de una dimensión a otra más sutil. Esta sutileza es debido a la expansión de la conciencia, hemos dejado que la luz, información nos limpie las telarañas de nuestra mente limitada que nos impedían ver con claridad, hemos limpiado nuestros espacios emocionales y ahora nos damos permiso para Ser desde el amor hacia nosotros, desde la comprensión y desde la confianza en nuestro propio poder creador. Ya no hay miedo.
En la medida que comprendamos que estamos en un nuevo espacio donde todo sucede según nuestras propias creencias, donde somos los absolutos responsables de nuestras creaciones, sabremos que tenemos un futuro de infinitas posibilidades pudiendo decidir en cada instante la mejor versión de nosotros mismos y los nuevos caminos de autorrealización se irán manifestando a nuestro paso.
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